Categorías
Hermandad

Escultor

Luis Marco Pérez nació el día 19 de agosto de 1.896 en la pequeña localidad conquense de Fuentelespino de Moya, en el seno de una familia de artesanos. Su padre era carpintero y tal vez por ello el futuro escultor sintió desde los años de la infancia una fuerte inclinación por la talla de la madera.

Es digno de destacar el extenso número de obras que el artista hizo para Cuenca. Así podemos destacar el Monumento a los soldados conquenses muertos en la guerra de África, que se encuentra ubicado en una céntrica plaza de la capital, concretamente en la Plaza de la Hispanidad. Este monumento fue inaugurado en 1.926.

Respecto a su obra imaginera, es importante destacar que Marco Pérez es el más prolífico escultor en la Semana Santa conquense al contar actualmente con 19 obras en la misma. Sus primeros pasos en la Semana Santa de Cuenca fueron la Santa Cena, El Descendido y un Cristo Agonizante, que más tarde sucumbirían en los trágicos incendios de 1.936.

En 1.908 Luis Marco Pérez, se traslada a vivir con sus padres a Valencia, donde la vocación y las aptitudes artísticas del escultor iban a encontrar su adecuado cauce.

Tras la contienda civil, se realiza una gran labor para reconstruir la Semana Santa conquense, para la cual se encargan a Marco Pérez numeroso trabajos. Obras suyas en la Semana Santa actual conquense son: La Virgen de las Angustias, San Juan Evangelista, Nuestro Padre Jesús Nazareno del Salvador, Jesús entrando en Jerusalén, San Juan Bautista, Ecce-Homo de San Andrés, Jesús de Medinaceli, Soledad del Puente, Cristo de Paz y Caridad, San Pedro, Cristo de los Espejos, el Descendimiento, La exaltación, Cristo Yacente, La oración del Huerto de San Esteban, El beso de Judas, La Virgen de la Amargura con San Juan Apóstol, Jesús Amarrado a la columna, Jesús Caído y la Verónica.

Luis Marco Pérez, agraciado con numerosos premios y reconocimientos por sus obras, fallecía en su casa de Madrid, en la que vivía solo y casi en la pobreza total, el 17 de Enero de 1.983 a los 86 años de edad. Fue enterrado en el madrileño cementerio de la Almudena en una fosa bien poco digna de quien en vida había creado tantas formas bellas y alcanzando tan singulares recompensas. Dos años después, a instancias de la Ilustre y Venerable Hermandad de Ntro. Padre Jesús Nazareno de «El Salvador», los restos del artista fueron trasladados a Cuenca para recibir el homenaje de sus paisanos y encontrar definitiva y más digna sepultura.

En honor suyo Alfonso Cabañas, compuso la Marcha Procesional «Marco Pérez ha muerto».